Principios del 2001, junto a la crisis y todo el malestar general de la gente, saqueos, afanos, violencia, impunidad, diversos tipos de cosas que aun yo con once años de vida, no les daba importancia.Ya que mi viejo me regabala de lo mejor que un pibe podia pedir para jugar y engolosinarse.
Esperaba ansioso el fin de semana para que mi viejo me pase a buscar, por la casa de mi abuela materna, que en ese entonces vivia en Villa Adelina, lugar donde me desempeñe de primer grado a quinto.
Me acuerdo de que ese dia vi el partido por television, yo estaba solo con mi camiseta celeste y blanca con la insignia de LA ACADE LA ACADE en mi espalda, como tambien estampado el numero veintidos del mismisimo Maximiliano Estevez. Hasta ese entonces creí que solamente era un hincha mas del futbol ya que miraba futbol de los paises con mayor potencia futbolistica, pero a las pocas horas senti algo diferente que el resto de mis amigos. donde no les importaba si su equipo preferido ganara o perdiera le daba igual, jugaban a los chiches con las mismas ganas o salian a bicicletear por el barrio si pintaba.
El gol de Gabriel Loeschbor, el empate definitorio con Velez y el campeonato hacia 34 años todavia no lo podia entender. La llamada de mi viejo diciendome que me tome un remis y vaya para Belgrano a festejar, fue algo que nunca mas me olvide.
Cuando llego mi viejo me agarro del brazo y me dijo vamos a festejar que RACING ES CAMPEON y todavia te falta mucho por que y quien festejar. Mamita, no sabia lo que me esperaba, no tenia idea de lo que fue realmente ese campeonato para millones de personas y yo pensaba que era el unico feliz.
Subimos al subte linea D, de Juramento a 9 De julio. Al llegar subi el primer escalon veo el color del cielo, celeste y blanco, el sol pegaba fuerte pero hacia un poco de frio. Cuando llego al ultimo escalon de esa interminable espera del saber que era lo que mi viejo me dijo al querer festejar, me di cuenta lo que muchos no van a poder entender, banderas con escudos enormes de Racing, gente euforica gritando " dale campeon ", pibes llorando, mujeres con las caras pintadas del color del mismo cielo, y el Obelisco lleno de personas unicas, donde cantaban todos por y para Racing, era la verdadera hinchada, la que siempre estubo presente en todas las canchas con sus colores y su aliento impenetrable.
Ahi me di cuenta lo que era ser fanatico de Racing, el que es mas que hincha, el que lleva los colores a todos lados, el que llora cuando pierde, ese mismo que si no existiese Racing, lo inventaria.
Yo soy fanatico de Racing, uno mas de los que se enamoro a los pocos años de vida, uno de esos pibes que si racing llega a perder estamos en la semana mal humorados, calientes, incomodos.
Yo soy de Racing y luego existo.
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